Un vampiro vikingo amnésico, por favor

Vaya, se nos va acumulando el trabajo, como siempre. 
Antes de empezar con la entrada me gustaria hacer un llamamiento a los bloggers del universo y preguntarles...

¿DE DÓNDE SACAN EL TIEMPO NECESARIO PARA ACTUALIZAR AL MENOS UN PAR DE VECES POR SEMANA?

Tengo que decir que una de las cosas que me quitaba un par de horas de la tarde ya me la he sacado de encima, y es que... (tengo que decirlo) ¡HE APROBADO EL EXAMEN DE CONDUCIR! 

Vale después de este pequeño lapsus, tengo que deciros que Nora y yo tenemos un as guardado en la manga de nuestros abrigos para volver a ganarnos vuestro corazoncito. La mitad está hecho, falta la otra que intentaremos acabar en este puente si todo va correctamente. Sólo os aseguraremos una cosa: Será DESCOJONANTE

También tenemos que remodelar la imagen del blog ya que en Reflejos de Papel aun es Halloween (BÚ!) así que en cuanto encuentre un rato me pondré a toquetear el photoshop y a (intentar) hacer algún decente acorde con estas fechas.

Mmm... creo que no se me olvida nada más... ¡AH SÍ! Tenía que gritar de alegría que casi somos 200 en esta pequeña GRAN familia y estamos más contentas que unas castañuelas, MUCHISIMAS GRACIAS a todos los que seguís al pie del cañón aunque desaparezcamos por periodos de tiempo no definidos. ¡Sois unos soletes! 

Una vez dicho toooodos esos off- topicazos, vayamos al grano; hoy toca reseña del último libro leído =)

Nos encontramos ante el cuarto libro de la Saga True Blood, donde nuestra protagonista se llama Sookie Stackhouse y tiene la tara (como ella la llama) de poder leer la mente de todo ser humano que esté a su alrededor. Sin embargo cuando descubre a Bill Compton, el vampiro, y comprueba que no puede saber lo que pasa por su cabeza, se enamora perdidamente de él. Vale, así es como comienza la saga que continua conociendo a multitud de personajes por el camino. Este tercer libro tenía unas ganas ENORMES de pillarlo por banda ya que Eric Northman es el protagonista exclusivo de él. Eric, por todas conocido como el vampiro descarado, sinvergüenza, cruel, vikingo, guapísimo y con un cuerpo que hace suspirar a todas las féminas.

Antes de decir nada más, esta claro que en la reseña aparecerán spoilers de las anteriores entregas porque es inevitable.

Nos encontramos en un mundo donde los vampiros han salido a la luz, metafóricamente, y conviven con los humanos bebiendo legalmente la conocida True Blood, sangre sintética creada por los japoneses. Esto es la teoría, claro.

Eric, perfil bueno, toma 1

El libro comienza con la despedida de Bill, el novio de Sookie. Bill la lió mucho en el anterior libro y Sookie no ha podido perdonarle; eso de largarse con su antigua novia sin decirle nada a Sookie, que ella vaya a buscarlo preocupada por él y lo encuentre medio muerto, secuestrado por aquella por la que la había dejado tirada en Bon Temps y que encima cuando logra rescatarle intente, por circunstacias especiales, asesinar a Sookie porque necesita sangre y la tiene a tiro, no es plato de buen gusto para nadie y menos para la temperamental Sookie Stackhouse. Eso no quita que cuando Bill se va a Perú a trabajar en su base de datos de vampiros, Sookie se queda completamente sola, echandole por una parte de menos y por otra alegre por no tener que verle. Así, cuando vuelve a casa en la madrugada del último día del año y ve por el arcén de la carretera a un hombre SEMIdesnudo (error garrafal de la sinopsis del libro, pues no va en bolas, sino que lleva unos molestos pantalones vaqueros) al que reconoce inmediatamente como Eric, el jefe de Bill, desorientado, con el miedo tatuado en los ojos, y sin saber quién es, se queda anonadada.

Como buena persona que es, Sookie lo acoge en su casa y poco después descubre que una bruja que quería sus propiedades y de paso tenerlo en su cama se cabreó cuando él se negó y mediante una maldición le quitó la memoria. Ahora Sookie lo tendrá que esconder en su casa para que la bruja Hallow no lo encuentre y lo asesine. Y claro, rollito tenía que haber, la tensión sexual no resuelta que Eric y Sookie han arrastrado durante los tres libros anteriores ha sido, valga la redundancia, resuelta. Con un vampiro potente, amable, cariñoso, amnésico y desvalido ¿quién se puede resistir? Sookie desde luego no y eso da lugar a eróticas escenas con Eric desnudo no aptas para leer en transporte público (como me ocurrió a mi con dos simpáticas señoras mirando por encima de hombro mientras yo me encogía todo lo que podía abriendo el libro lo menos posible...)

Al mismo tiempo, el hermano de Sookie ha desaparecido y ésta no puede evitar pensar que el aquelarre de Hallow lo ha secuestrado para que Sookie entregue a Eric. Y aún hay más, por si fuera poco, las brujas han asesinado a la beta de la manada de hombres lobos de la zona y es Sookie junto Alcide, un potente y buenorro hombre lobo, quien descubre el cuerpo, por lo que vampiros y hombres lobos se unen para derrotar al aquelarre de brujos bebedores de sangre que tiene amenazado Shreveport y a todas las criaturas sobrenaturales que viven allí.

Opinión Personal (sin spoilers)

El libro no se puede calificar de obra de arte, ni mucho menos, pero es muy entretenido aunque es cierto que me ha costado bastante leérmelo pero eso ha sido por una crisis de lectura que estoy superando poco a poco: no me apetecía leer. Cuando iba y volvía de la universidad, hora y algo de viaje que siempre aprovecho para leer, no me apetecía en absoluto y siempre terminaba poniendome música.

Bien, volviendo al libro tengo que decir que tiene algunos altibajos en los que la lectura se hace pesada, sobretodo los días, ya que estos vampiros no son los de Meyer y no pueden salir a la luz del sol, así que los días se me hacían algo aburridos con Sookie buscando a su hermano, es una trama que si bien aporta algo diferente a todo el rollo de los vampiros se hace algo pesada

El final es algo con lo que tampoco estoy muy contenta, es demasiado precipitado y extraño. La batalla final es algo liosa pero  real al fin y al cabo, donde muere gente de los dos bandos.

Eric Northman, encantada de conocerte.

Lo que me moría por soltar (CON spoilers)

Vale, ¡odio el final! Eric recupera la memoria y vuelve a ser un capullo con estilo, como le queremos todas, pero ¿por qué no se acuerda de nada de lo que ha pasado? ¿Por qué Sookie no le cuenta nada? Sookie queda como una arpía sin sentimientos, pero vamos a ver, admite que estas, aunque sea, un poquito enamorada del vampiro vikingo ¡No es mejor que no le digas nada! Quedas como una cobarde al no decirle todo lo que ocurrió entre vosotros y lo que querrías que siguiera ocurriendo. Pero no, como intuyes que lo vuestro es imposible, te callas y sigues con tu vida, sin apenas un sentimiento de pena. Da la sensación de que para Sookie sólo han sido un par de revolcones y punto, sin sentimiento ninguno.

Por otro lado Bill vuelve para la batalla final pero Sookie y él se tratan como si fueran desconocidos. Podrían haber hablado de lo suyo después de la batalla, que lo dejen de una vez por todas o que lo intenten de nuevo o algo. Pero a Bill no se le vuelve a ver el pelo. Algo que no es creible teniendo en cuenta lo mucho que se han querido y lo mucho que, estoy segura, Bill la quiere.

Supongo que para el próximo Sookie acabará liada con Alcide al paso que vamos...*

*... Cosa que no estaría mal, la verdad.

Veredicto: 

Como ya he dicho es un libro entretenido y si te gusta la saga lo vas a disfrutar como los tres anteriores aunque lo malo que tiene es que no te deja con ganas de saber que ocurre en el siguiente, simplemente parece que el final lo han dejado a medias de escribir.

Si te gusta Eric Northman, éste es tu libro. Mientras tanto esperaré impacientemente a que salga la siguiente temporada de la serie, porque a pesar de que se inventan muchas veces la trama siguiendo bien poco el hilo del libro tengo la esperanza de que salga Eric en cantidades industriales.

No he podido resistirme a poner uno de los muchos videos que me encantan de Sookie y Eric >////<